9 de septiembre de 2010

Praix, el chico sin apellidos. III

Del polen.

Una parte de mí jamás olvido la Matriz. Intenté llevar parte de mí, fuera como fuese, de nuevo a ella. Renacer, esa es mi añoranza. Volver allí donde “Aceptar el amor” es la más hermosa manera de crecer, donde mi destino es el camino, donde mi movimiento es el empuje y donde mi deseo es el deseo.


El Hogar de la Noche asomó su cabeza de nuevo en mi vida, la lucha fue bestial. A esta lucha la llaman adolescencia. Es la batalla entre el “Yo que está creciendo y quiere hacerlo por sí sólo” y “la Matriz que sigue alimentándote”.


Podéis creerme: No hay vencedor. Es más, no hay batalla alguna, solo una colaboración entre riñas.


Lo que pasó fue que aprendí a expulsar trocitos de Matriz en forma de polen. El viento y la luz se encargaron de llevarlos a otros árboles. Y los demás árboles hacían cosas parecidas.


Desde que me partí en dos, por fin comprendí que mi afán por deshacerme del Hogar de la Noche, era un acto de amor, una vuelta al principio, un eterno retornar, un constante buscar la Luz. 

3 comentarios:

  1. "Renacer, esa es mi añoranza. Volver allí donde “Aceptar el amor” es la más hermosa manera de crecer, donde mi destino es el camino, donde mi movimiento es el empuje y donde mi deseo es el deseo."

    Y a esto de ahí arriba ¿qué comentario se le pone? buaaaah... ni siquiera lo intento, sería ensuciarlo...

    Y de las vueltas al principio, los eternos "retomares" y la constante búsqueda de la luz... pues...igual... ¿para qué ensuciar lo que está limpio?

    Me voy a la cama con la boca grande de sonreir, por la empatía...¡gracias!

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  2. Gracias por tu no-comentario. me subes la bilirrubina, guapetona!!!!!!!!

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  3. A veces, síno siempre, leerte es como verme sentado con una taza y riendome, nadie sabría por que, tú entre, otras cosas, seguro que sí.

    Besos a los tres.

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