14 de febrero de 2012

Lo que nadie podrá ver



Imagen de Robert Aichinger (Stock.xchng)


Una capa de quince centímetros de nieve impide que se escape el calor de la tierra. Cada pisada parece que arrugara un papel. Caminan en silencio y cuesta arriba. El viento porta alfileres de agua fina.

Hoy es un día especial: se puede ver el viento.

Planeando sobre ese mar de alfileres de agua fina, un esmerejón declina con una postposición su halcónica mirada. Son Jonás y Praix los que caminan en silencio y cuesta arriba hacia la cumbre de los Montes Perpetuos. 


Los ojos de los esmerejones son de color vino, vino profundo y negro, y en este momento se derraman sobre la copa emplumada de una pequeña presa, desconectándose de la visión de los dos amigos. Ya no hay nadie que pueda verlos subir hacia la cumbre. Nadie podrá contarnos su historia.

Claro que sí: el viento. Si fuera capaz de atravesar los pensamientos de Jonás nos diría que está agotado, que lucha continuamente por reemplazar su voz interior de abandono por su voz de supervivencia. Praix sin embargo en nada piensa, solo camina.

Praix ha estado mirando a través de los ojos del esmerejón, ha medido las distancias, visto desde el cielo los caminos, sentido el hambre de la rapaz y abandonado su cuerpo antes de que ésta se abalanzara sobre la pequeña bisbita que le sirvió de alimento. Praix no está cansado y ni siquiera tiene que luchar consigo mismo, porque Praix acaba de morir al abrigo de la blanca nieve. Acaba de matarlo todo lo que ha visto.

Jonás se gira. Emula una sonrisa de ánimo para su amigo. Praix se la devuelve. Todo lo que les rodea es blanco. Caminan en silencio y cuesta arriba. Hacia la cumbre de los Montes Perpetuos.

Pese a todo solo quieren caminar.
El mundo está en el camino. 

Sé fuerte, Jonás; le dice Praix a su amigo; y se desploma. 
El sol se posa sobre el estante del horizonte.


1 comentario:

  1. "El mundo está en el camino" ¡yasta! me como la frase huntaica en un chusco de pan tostao y tiro "palante"... no puedo decir nada ante la perfección de lo perfecto, sonrío.

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