© María Pan |
Estuve tejiendo un discreto silencio donde ausentarme
hasta que pude envolverme con él toda enterita.
No sé cómo logré concentrar toda la cúpula nocturna
dentro del caparazón de una semilla, pero lo hice.
Una cáscara de seda fina me convertía en fruto futuro
de mí misma. A mí, que siempre quise ser mantequilla en el viento
y dibujar ondas oleicas como ungüento a tu mirada.
Fruto futuro de mi misma...
ahora...
con las veces que me arranqué la piel y guardé la ropa usada
bajo la alfombra de un sueño venidero.
Harta ya de desnudarme con el quebrar de los albores
en el revés de las hojas tiernas y sus nervios de grabado,
decidí fundar mi templo. Y en él entré como un diablo,
once veces anillado, cinco veces desvestido,
buscando mi propia noche y mi propio sacrificio.
Tú dormías... Jamás me prestaste atención, vida mía.
Y no te lo tuve en cuenta, tenlo siempre presente.
Te ruego que no desveles aún mis secretos a Xi Ling Shi,
deja antes que mi alas se aceren, para que de una batida
arrasen todo mi pasado, mi templo y mi noche.
He debido de tragarme todos los besos ahí dentro, amor.
Fíjate en mi crisálida, rota como labios abiertos.
De ella emerjo como un manantial, entregada a la vida,
entregada a mi vuelo.
¡Lástima que me quede ya tan poco tiempo!
¡Mírame,
soy la señora que posa
y mantequilla en el viento!
¡Mírame, amor!
¡No dejes de mirarme!
*Dibujo de María Pan, podéis visitar su blog aquí:
http://carapahn.blogspot.com/
¡Qué bonito Robe! Maria Pan tiene que estar contenta.
ResponderEliminarSe que te tengo abandonaito y es que por estos andurriales crecen los enanos como para hacerlos luego llevar al bosque y hacer cuentos a mogollón, ¡me cahis!
Besicos muchos y dobles o tiples.
graaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaacias!!!!
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