7 de julio de 2013

Diego (Pisando su fin)





Photo credit: ruurmo / Foter / CC BY-SA

Te ahorraré mis teorías sobre esta crisis de mierda o, mejor aún, te las resumiré como si se tratara de los mandamientos, en solo una idea que las englobe. “Deja que la presa se acerque al cebo, que se alimente hasta saciarse, trátala con cariño, hazle caricias... Y solo cuando hayas conseguido su confianza la matas, pero poco a poco para que no dé crédito.”
Eso es esta puta crisis, la consecuencia de años consumiendo aditivos no controlados en los alimentos, de años experimentando con drogas nuevas para la diversión, contra la depresión, la hiperactividad, la falta de atención, contra cualquier otra enfermedad. Somos los hijos de aquellos que querían cambiar el mundo por el peso de la razón lógica y se toparon con que aún la religión es más fuerte incluso que la verdad de Dios, los hijos de los que quisieron cambiar el mundo y como no sabían qué cambiar fueron tocando todos los botones. Perdona, lo siento, te he dicho que no iba a entrar en mis teorías y hasta aquí. ¿Te encuentras bien? ¿Quieres agua? ¡Qué no hables! Basta con que afirmes con la cabeza. Toma, bebe, más despacio que… ¡Uf, perdona, ya se secará!. Continúo: Examiné uno por uno cada uno de los trabajadores en preferencia para salir, porque como imaginarás siempre están los intocables, de entre todos ellos mi amigo tenía condiciones que valoré adecuadas para prescindir de él: Tiene una carrera de ingeniería industrial, lo conozco, es inteligente y capaz de mantener una conversación fluida en muchas áreas distintas, es habilidoso con las manos, hace deporte y cuida su alimentación y su imagen personal, le gusta el teatro y la literatura, está divorciado, amantes no le faltan, le quedan apenas tres años de hipoteca y no tiene hijos. Lo sé, tengo más datos de los necesarios pero coincidirás conmigo, no hace falta que hables, en que con esas condiciones de vida tiene más posibilidades de salir adelante. ¿No es así? Claro que es así. Casi el noventa y cinco por ciento de los que han ido a la calle son responsables de una familia y cerca del setenta por ciento no tienen ni el bachillerato. Sí, ya sé que eso no es vara de medir las cualidades y, menos aún, la calidad de un trabajador pero en un currículum sí, y a no ser que tengas contactos…

Confío en tu inteligencia para no tener que seguir dándote más datos, a estas alturas te harás cargo de cómo debo sentirme. Tienes un rostro muy bello y la reticencia con la que me miran tus ojos no hace más que acentuar ese efecto. Coincidirás conmigo en que la belleza está por encima de la sexualidad y que ésta última tiene cierto complejo de inferioridad ante ella, por eso tiene como último fin poseerla o pervertirla. Para que te hagas una idea de lo que va a ir ocurriendo a partir de ahora te diré que tú eres la belleza…




1 comentario:

  1. ¡ufffffffffffffffffffff!

    Somos los hijos de aquellos que querían cambiar el mundo por el peso de la razón lógica...

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