6 de septiembre de 2013

El disparo



Photo credit: ArmandoH2O / Foter / CC BY


Hay miedos que te hacen errar y cuando llegan en milésimas de segundo como diablos enfurecidos o, peor aún, como indecisión o excusas y titubeos, entonces pasa: ahí se produce el error e irremediablemente yerras (y ya se sabe que el error se forja en hierro). No tienes escapatoria posible, el mundo gira y se convierte en una lavadora gigante que centrifuga y te marea y le echas la culpa de todo y vomitas la hiel, el alma y hasta el pelo. No hay escapatoria posible, acabas de meter la pata y ya está; el mundo gira pero tú no deberías darle más vueltas. Pero se las das. Por eso eres lo que eres: un pequeño mundo que da vueltas dentro de otro mundo.

Mi nombre es Jonás, me encuentro en Entremundos y me acaba de alcanzar un disparo. Yo sé que estoy muerto, sin embargo Praix me dice que no sienta bobadas. Me pone una mano que se vuelve carmesí en el tórax y me sonríe. -¡Vámonos a Járiga, amigo, tengo muchas cosas que contarte, no sabes cómo… Bueno, vente y te lo enseño!

Confío en él, me cae bien. Cierro los ojos y me dejo ir.



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